Sinergias sociales. Promocionate en varias plataformas

Sinergias sociales

Una vez más, desde Creando Comunidad, queremos facilitaros, en especial a los que os embarcáis por primera vez en el mundo de las redes sociales, las herramientas y consejos para que podáis lanzar vuestro negocio hacia las estrellas. Y para que llegue a buen puerto, es vital conocer cómo cooperar con las distintas redes sociales online existentes para que cada una de ellas aporte un peldaño en la escalera del éxito.

Esquema CPP

Clica en la imagen para ver el ejemplo de CPP con un blog

El CPP o Cross Platform Promotion (Cooperación Sinérgica entre Plataformas) se refiere al hecho de impulsar nuestra empresa o marca a través de las diferentes plataformas en medios sociales, y para ello (como todo en el mundo de la comunicación) requiere de una estrategia previa. Lo primero es delimitar el elemento central de nuestras actividades alrededor del CPP como podría ser, por ejemplo, un artículo en nuestro blog, una nueva web, o un nuevo video.

El CPP o Cross Platform Promotion (Cooperación Sinérgica entre Plataformas) se refiere al hecho de impulsar nuestra empresa o marca a través de las diferentes plataformas en medios sociales

La manera en cómo difundamos este artículo, web o vídeo en las redes sociales será la clave del éxito de nuestro CPP. Para ello existen diversas herramientas que nos facilitan la gestión en varias plataformas a la vez como Tweetdeck o Hootsuite (por nombrar algunos). Pero hoy, en Creando Comunidad, no queremos hacer inciso en las propias herramientas sino en la planificación y la estrategia, y para ello os vamos a hablar de algunos de los factores determinantes a tener en cuenta para su éxito.

EL HORARIO

El horario de CPPSe ha hablado mucho en la red sobre la mejor hora para publicar tu información; incluso existen herramientas y estudios que te aconsejan sobre cual es el mejor momento del día para hacerlo.  A la hora de integrar el CPP en un horario no se refiere tanto a cuando publicamos sino a qué publicamos.

Este horario incluye las rutinas de publicación como, por ejemplo: Empezar por los saludos matinales y las noticias de interés, seguir con los retweets y las respuestas (en el caso de Twitter) y terminar con los enlaces a nuestros blogs, artículos o vídeos interesantes.

Como en redes sociales la imagen que se da es totalmente diferente y más humanizada se aconseja aportar también entre la tarde y la noche los detalles más divertidos del día, citas curiosas, etc.

UN MENSAJE PARA CADA PLATAFORMA

Comunicación en redes socialesDel mismo modo que hablamos diferente de como escribimos tampoco se comunica igual en todas las plataformas existentes. Hay que adaptar ese mensaje según la red social que utilicemos. En Twitter, por ejemplo, la brevedad de los mensajes condiciona mucho la manera en como los lanzamos. En 140 caracteres debemos dar el máximo de información posible y que ésta sea clara y precisa.

Identifica cual es el tipo de mensaje que puedes dar en cada red social y adáptalo a tu plan de comunicación dentro del CPP.

CREACIÓN DE RESPUESTA

De qué sirve publicar si no obtenemos respuesta? Es decir, para que exista comunicación tiene que haber un locutor y un receptor. En una empresa donde el tiempo es dinero debemos invertir bien el tiempo a la hora de comunicar y que ello reporte beneficios indirectos (ROI).

Ofrecer incentivos adicionales a nuestros seguidores en Facebook, por ejemplo, es una buena manera de obtener agitación en la red. También Foursquare puede ofrecer badges (medallas) si chequean en nuestro negocio.

En resumen, las sinergias en la comunicación, aunque no son nada nuevo en este mundo, son vitales a la hora de difundir un mensaje y convertirlo en viral. Como todo en el mundo de la comunicación, forma parte de un plan maestro que debe permitir llegar lo más lejos posible a nuestros interlocutores, generando respuestas e interacción.

El «Tuitómetro»: Las elecciones a través de Twitter

El TuitòmetreAntes, cuando se acercaban unas elecciones, las encuestas realizadas en la calle eran el medio más fiable para los partidos para elaborar y, si fuera preciso, modificar su estrategia electoral para captar votantes. Poco a poco, desde Creando Comunidad, hemos visto como la aparición de las redes sociales online y la consolidación de su uso, ha cambiado la manera como los candidatos y los votantes entienden las campañas.

Twitter es, sin duda, la reina en lo que a comunicación se refiere; muy por encima de Facebook. Los hashtags y la posibilidad de contactar con otros usuarios, incluso con los candidatos, la hace muy atractiva a la hora de utilizarla como espejo de la realidad a través del cual podemos analizar, casi a tiempo real, sobre la evolución de las diferentes campañas electorales, los movimientos de los partidos y la opinión de los votantes al respecto.

Sin querer hacer publicidad gratuita hoy me gustaría hablaros de la herramienta que TV3, Televisión de Cataluña ha puesto en marcha a través de su portal de noticias 3/24 para analizar como evoluciona la campaña electoral para el próximo 25 de Noviembre a través de Twitter. Lo hace con el Tuitòmetre. Esta herramienta que, muy acertadamente ha diseñado TV3 (y que no es novedad porque ya lo hicieron en su momento El Nacional para las elecciones venezolanas), permite hacer un estudio de campo sobre lo que se dice en todo momento sobre la campaña electoral de Cataluña en la red.

Características:

Lo primero que vemos al abrir la aplicación es su representación gráfica de los «temas principales» o Treemap y en la que podemos ver a través de etiquetas y tamaños cuales son los temas más populares (el modelo de país, la campaña, la crisis, etc.). Al clicar encima de cada una de ellas podemos ver la nube de tags y los mensajes más retuiteados.

El Tuitòmetre también permite utilizar el comparador, con el que podemos ver qué diferencias hay entre dos partidos diferentes, dos grupos de políticos o entre éstos y la ciudadanía. Por otro lado, la nube de palabras nos muestra cuáles son las 30 palabras que se repiten más a menudo en los tuits que hablan de un tema determinado.

Esta herramienta que, muy acertadamente ha diseñado TV3, permite hacer un estudio de campo sobre lo que se dice en todo momento sobre la campaña electoral de Cataluña en la red

Para elaborar estas estadísticas han considerado que un tuit hace referencia a la campaña si ha sido emitido por el perfil oficial de alguno de los partidos políticos, si ha sido emitido por el perfil de alguno de los candidatos que se presentan en las listas de los diferentes partidos políticos o si incluye uno de los hashtags o palabras clave que vehiculan la conversación sobre las elecciones en Twitter, como #25N. Para hacer la selección de partidos y candidatos ha aplicado el criterio de cobertura periodística electoral:  se han incluido todos aquellos partidos que se presentan a las elecciones y que han tenido representación parlamentaria en la última legislatura 2009-2012.

Para poder categorizar los tuits en una categoría temática, el equipo editorial hizo un seguimiento manual de la conversación electoral en Twitter para localizar los principales temas a debate. Con esta información se establecieron las principales diez categorías temáticas. Para cada una de las categorías, el equipo editorial del 324.cat ha definido una colección de palabras relacionadas. Cada vez que se recibe un tuit, se analiza para ver si incluye alguna de estas palabras relacionadas, y así se determina la pertenencia a una o varias categorías.

Se trata de una buena herramienta para todo aquel que quiera estar al día sobre las elecciones al Parlament de Catalunya. Os aconsejo una ojeada y podéis comentar qué os ha parecido.

La Burbuja de las redes sociales: ¿Realidad o ficción?

La burbuja de las redes sociales

En Creando Comunidad creemos que Internet y todo lo relacionado con la red es un constante de éxitos y fracasos que se van sucediendo continuamente. Aquellos que en su momento estuvieron en la cresta de la ola yacen desde hace tiempo en las profundidades de la red habiendo desaparecido o convertidos en una sombra de lo que antaño fueron. Los alarmistas hablan de la segunda burbuja puntocom desde el desastre del año 2000 cuando estalló la primera y se llevó con ella a 4.854 empresas de Internet en 3 años.

El primer síntoma de alarma fue la entrada de la investigada Goldman Sachs en el capital de Facebook, cosa que no auguraba nada bueno por su dudosa trayectoria, y el segundo fue el tremendo batacazo que se llevó Facebook en la salida en la bolsa y es que (y que conste que no soy economista ni entiendo de ello) el problema de la llamada web 2.0 es que se está valorando muy por encima de sus posibilidades, y no tan solo las plataformas sino también los profesionales encargados de gestionarlas. Los vendedores de humo han salido de debajo de las piedras y prometen, cual genio de la lámpara, el éxito absoluto de nuestras empresas a cambio de aceptar unos servicios que, muchas veces ni tan siquiera sabemos en qué consisten; así lo hizo saber el experto en Redes Sociales Javier Godoy cuando sentenció que en España existe una inflación y una burbuja de Community Managers.

Volviendo a las plataformas, algunas redes sociales como Facebook ganan mucho dinero con sus servicios, pero sus posibilidades de crecimiento están muy por encima de la realidad. Y no sólo en América se producen estos pinchazos sino, desde hace poco, también en China, donde su «gigante social» Ren-Ren, se ha desplomado en bolsa en los últimos meses.

La gente se cansa de publicar y las empresas dudan de si vale la pena invertir en algo de lo que sus posibles clientes ya se han cansado

El peligro de la explosión que más nos atañe, como en toda burbuja, es todo lo que se llevaría por delante en caso de producirse: los «profesionales 2.0», parte de los centros que forman a estos profesionales, las empresas que invierten en ellos, además de las propias empresas que ofrecen sus plataformas y las empresas de capital riesgo que apostaron a ciegas en ellas. Y todo ello sin contar con los miles de inversores que compran y venden acciones de una empresa que ni tan siquiera puede afrontar su responsabilidad como «gigante de las redes». Además los colosos empresariales del sector están creando un tupido manto que amenaza con cubrir al resto de plataformas en caso de que reviente la burbuja puesto que, si las principales empresas tales como Twitter, Linkedin o Facebook empiezan a desplomarse, no tardaremos en ver un tsunami puntocom que arrasará al resto del sector.

Si nos fijamos en el usuario estándar podemos ver que, aunque la presencia en redes sociales se mantiene, su uso se está resintiendo poco a poco. Si se trata de una moda pasajera o una «normalización» de su utilización el tiempo lo dirá, pero sí es cierto que el atractivo que tenía, por ejemplo, Facebook en sus inicios dista mucho de la imagen actual. La gente se cansa de publicar y las empresas dudan de si vale la pena invertir en algo de lo que sus posibles clientes ya se han cansado. Por otro lado, la pregunta que empieza a sobrevolar nuestras cabezas es ¿En qué estamos invirtiendo?

Algunos analistas confían en que, a pesar del inminente desplome, algunas plataformas sean capaces de aguantar el embate gracias a su forma de generar ingresos cuantificables como es el caso de Linkedin que, al tratarse de una red social para profesionales que buscan trabajadores, ofrece mayor transparencia a la hora de computar la inversión y sus resultados y, por lo tanto, mayor confianza en sus inversores.

Los que nos dedicamos a ello esperamos y deseamos que no se repitan los mismos errores que en la primera burbuja puesto que, en plena crisis económica, es mucho más lo que se podría perder y muchos puestos de trabajo que se podrían destruir. Sería quizás mejor valorar de forma realista el cabal económico y las posibilidades de generar dividendos de estas empresas para  que su valor en bolsa se ajuste a la realidad del mercado y a sus posibilidades como plataforma antes de que sea demasiado tarde.  Y vosotros ¿cómo lo veis?

Publicidad en Smart TV: «La Spotifycación de la televisión»

Televisión SocialEsta semana, en Creando Comunidad, quiero hacer hincapié en el colofón de mi anterior post: La “televisión social”, un nuevo terreno para explorar en el que hablábamos sobre esta nueva herramienta y exponíamos algunos datos sobre el uso e influencia de dicha plataforma en el mercado actual. Después de terminar el anterior post con algunas preguntas dejadas en el aire me gustaría, ahora, profundizar algo más en ellas.

Por ahora, las Smart TV’s se encuentran en fase embrionaria y constituyen, aún, un objeto de lujo para clientes con un poder adquisitivo considerable. Mucho tiene que decir el hecho de que muchos de estos aparatos también incluyen micro-cámaras con detección de movimiento que encarece, y mucho, el precio de éstas. Afortunadamente y para aquellos que disponemos de una televisión de reciente compra y que no cuenta con esta aplicación o con una que «sigue funcionando», el mercado ha diseñado adaptadores externos (que recuerdan a los primeros sintonizadores de TDT) y que permiten convertir nuestra caja tonta en una televisión inteligente.

Lo que me intrigaba en mi anterior artículo y me sigue intrigando es qué utilidades se le podrán dar a este aparato que parece ser que es una ampliación de nuestros smartphones.

«Spotifycación»:

SpotifySin duda alguna, Spotify ha sido para el siglo XXI lo que Napster fué para finales del XX, una revolución que cambió la concepción del mercado musical y nuestra manera de consumir. La plataforma de Daniel EK buscó el beneficio a través de la publicidad que las empresas contrataban a cambio de acceder gratuitamente a un extenso catálogo mundial de música. La premisa es: Podrás escuchar toda la música que quieras y gratuitamente, pero a cambio tendrás que escuchar los anuncios patrocinados. Si no te gusta, paga una versión premium. Éso no es más que lo mismo que propuso la televisión pública des de sus inicios: Podrás acceder gratuitamente a nuestra programación pero a cambio tendrás que tragarte las pausas publicitarias.

¿Será el modelo publicitario de Spotify el mismo que aplicarán las cadenas de televisión a la hora de emitir publicidad?

Podría ser, siempre que cambie el modelo lineal de programación por otro horizontal que permita variar la cantidad de publicidad en función de las cuotas pagadas. Es posible que, en un futuro no muy lejano, las empresas de publicidad ofrezcan sus productos a través de la televisión tal y como lo hacen actualmente  en Spotify, es decir, que los spots publicitarios nos aparezcan en función de nuestra suscripción, con lo que estaremos hablando de una televisión semi-privada que puede ofrecer mejores contenidos a costa de una publicidad «banerizada» y mucho más «imperecedera» que la actual.

¿Estaríamos entonces enfrente de una nueva televisión inspirada e ideada a partir de internet?

Totalmente; las webs, las redes sociales, los gestores de contenidos actuales ya ofrecen sus servicios a costa de la siempre omnipresente publicidad, bien sea través de espacios patrocinados, o los molestos pop-up’s. Entonces ¿porque no hacer lo mismo en televisión? La pantalla podría contener banners interactivos que permitieran además ser más certeros en lo que a target se refiere. Aprovechar el trabajo hecho por Zuckerberg para conseguir dirigir nuestras campañas a un público determinado. De hecho tampoco estoy descubriendo el maná de la publicidad sino aplicando lo que le funciona a Facebook a la nueva televisión social.

¿Qué posibilidades esconde este nuevo modelo publicitario?

Enormes e infinitas. Las posibilidades en cuanto a interactividad pueden pasar desde la gamificación de contenidos haciendo la publicidad mucho más atractiva, hasta ser más efectiva en cuanto a tasa de conversión permitiendo al espectador clicar encima y accediendo a la página del producto. En este caso los límites los marcarán la mente de los creativos ya que las posibilidades de una Smart TV son muy elevadas. Evidentemente las comparticiones de opiniones estarían a la orden del día utilizando las diferentes aplicaciones de que dispone la red, en especial, las redes sociales. Otro aspecto a valorar podría ser la posibilidad de testear determinados productos que se estén anunciando en aquel momento por televisión (permitir una pre escucha de un nuevo disco, leer el primer capítulo de un nuevo libro, conseguir vales de descuento u ofertas exclusivas, etc.).

Como veis, la Spotifycación es una catapulta que puede impulsar un nuevo modelo televisivo mucho más atractivo, más discreto pero al mismo tiempo más efectivo para las compañías. ¿Se os ocurren otras ideas?

La «televisión social», un nuevo terreno para explorar

Televisión social

Hoy en Creando Comunidad, hablaremos de la Televisión Social, algo que, en palabras de mi compañero de estudios Jesús González en su artículo:  ¿Social TV?: ¡pero si la tele ya es social!, alberga en su nomenclatura una redundancia. Parece que cuando ya le han metido internet a todo, ahora se han acordado de lo primero que nos conectó los unos con los otros (con perdón de la radio): la televisión. Y es que la caja tonta ha sido, durante décadas, el icono de la publicidad y el márketing, muy por encima de otros medios como el papel, los carteles o la radio.

Dicha hegemonía, pero, terminó con la aparición de Internet y, posteriormente  con la socialización de la red; momento en el cual, las empresas de publicidad empezaron a apostar fuerte en ese nuevo medio que, además de filtrar el target, les permitía llegar a un mayor número de consumidores con una considerable reducción del coste.

He de decir, antes que nada, que no he tenido el placer de probar uno de esos artilugios (aunque espero no tardar mucho en tener uno) y que desconozco como interactuan las diferentes plataformas que incluye así que, hablo en términos genéricos.

En su momento, Facebook, ya apostó por la publicidad móvil con lo que sentaba las bases para lo que le puede ocurrir en un futuro a esta «nueva televisión». Parece que, los internautas volverán a la televisión y, con ello, a ver los anuncios en ella pero con una ventaja para los anunciantes (y un inconveniente para los teleespectadores), que no tendrán que esperar al intermedio para emitirlos sino que, posiblemente la veamos continuamente a través de las redes sociales y aplicaciones instaladas.

Los internautas volverán a la televisión y, con ello, a ver los anuncios en ella pero con una ventaja para los anunciantes, que no tendrán que esperar al intermedio para emitirlos

Se habla ya de ofertas en tiempo real a través de la emisión en directo de programas, de campañas que ofrecen recompensas a los televidentes por opinar o hacer chek-in en sus programas e incluso de aplicaciones específicas basadas en redes sociales para televisión como Getglue, Waki.tv y muchas otras.

El engagement generado por este dispositivo aún no llega a cotas muy altas pero sí significativas según una encuesta realizada en EE.UU. por la empresa Pew, y mencionada en el artículo: El futuro de la televisión pasa por un espectador conectado más que por una smart TV

  • El 6% de los “espectadores conectados” votó en los resultados de algún programa en los 30 días anteriores
  • El 11% chequeó lo que se estaba diciendo en Internet sobre el programa que estaban viendo
  • El 11% comentó algo en Internet sobre el programa que estaban viendo
  • El 22% comprobó en Internet si algo que habían visto en la televisión era verdad
  • El 23% escribió un mensaje a alguien que sabían que estaba viendo lo mismo que ellos en la televisión

Así, pues, cabe esperar un replanteamiento del modelo publicitario que tantos años le ha sido de utilidad a la televisión. Aún así, este cambio no podrá basarse tanto en el «cuando» sino en el «cómo». Cómo recibirá el espectador la publicidad; en qué modo conseguirá el anunciante llegar a sus futuros clientes. ¿Hará como Antena 3 con la pantalla partida? ¿Nos aparecerán banners durante la emisión de un programa? ¿Se beneficiarán incluso las propias cadenas cobrando cuotas mensuales para que no aparezcan pop-ups durante la programación como ya hace Spotify? A mí, personalmente, lo que más me inquieta es ¿Hacia qué modelo de televisión nos dirigimos?

Los 3 niveles de Indicadores Clave de Rendimiento (KPI)

KPI

En Creando Comunidad pocas veces hemos tratado el tema del análisis de rendimiento de nuestras campañas de Social Media; quizás porque cuando estudiaba para Community Manager era uno de mis mayores quebraderos de cabeza. Aun así en este blog todo tiene cabida así que, haciendo un importante ejercicio de profesionalidad, hoy voy a hablaros de los tres niveles de Indicadores Clave de Rendimiento más conocidos como KPI que nos pueden ayudar a gestionar correctamente el avance de la campaña.

Los KPI’s nos ayudan a medir la efectividad de una campaña o una acción para, así, aplicar las correcciones pertinentes en caso de error o de no conseguir los objetivos marcados y, aunque a priori puedan parecer lo mismo, existen algunas pequeñas diferencias entre los KPI‘s para Social Media y los de otras especialidades; básicamente porque nuestro objeto de análisis no se limita a la web tal y como la conocíamos. Además hay que reflexionar muy bien sobre «qué es importante analizar» para no caer en la trampa de convertirnos en «radares» sistemáticos que dedican gran parte del tiempo buscando el mayor numero de indicadores. Analizar demasiado puede provocar una sobrecarga que afecte negativamente a la precisión y, por lo tanto, que estemos trabajando el doble para, en cambio, errar en los resultados. En Social Media, también se aplica  la premisa «calidad por encima de la cantidad».

Hay que reflexionar muy bien sobre «qué es importante» analizar para no caer en la trampa de convertirnos en «radares» sistemáticos que dedican gran parte del tiempo buscando el mayor numero de indicadores.

Entremos en materia ahora para hacer justicia al título de este artículo y hablemos de los tres niveles de Indicadores Clave de Rendimiento (KPI‘s). Antes que nada dejad que os diga que no se trata de una jerarquía estándar consensuada por ningún colegio de profesionales sino más bien una técnica que nos puede ser de gran utilidad para gestionar el tiempo que dedicamos al análisis de datos de nuestras campañas en redes sociales.

1. Los KPI’s principales:

Este primer nivel es el que nos muestra la conexión entre nuestra actividad empresarial y los resultados obtenidos. Por ejemplo si nuestro objetivo es vender 13.000 camisetas de Fórmula 1 en Mónaco entre marzo y mayo nuestros KPI’s podrían ser:

  • Menciones en redes sociales sobre camisetas de Fórmula 1.
  • Número de «me gusta» en Facebook en contenido referente a camisetas de Fórmula 1 en países y/o ciudades cercanos a Mónaco.
  • Enlaces clicados a contenidos sobre camisetas de Fórmula 1 desde perfiles y cuentas monegascas.
  • Vales canjeados en Mónaco de ofertas referentes a camisetas de Fórmula 1.

2. Los KPI’s secundarios:

Yo los llamo cariñosamente «daños colaterales». Éstos nos ayudan a medir y crear un mapa de la realidad sobre como afecta nuestra campaña en redes sociales a otras partes del nuestro negocio que no formaban parte de nuestro objetivo principal. No son tan importantes a la hora de valorar la efectividad de nuestra campaña sino que nos permiten detectar futuros nichos de mercado u oportunidades que han surgido a raíz de nuestra campaña. En este caso podríamos contemplar los siguientes KPI‘s:

  • Nuevos «Me gusta» en Facebook de cualquier parte del mundo relacionados con camisetas de Fórmula 1.
  • Enlaces clicados a contenidos sobre camisetas de Fórmula 1 desde perfiles y cuentas fuera de Mónaco.
  • Cambio neto en percepción en línea global sobre camisetas de Fórmula 1 entre marzo y mayo.

3. Otros datos:

Aquí entran los datos que son demasiado imprecisos como para relacionarlos directamente con nuestra campaña y a nuestro objetivo. Aun así son datos de vital importancia para futuros proyectos para nuestra empresa.

  • Visitas a nuestra web.
  • Comentarios en nuestro blog.
  • Número de nuevos seguidores en Facebook, Twitter, Linkedin…
  • Tasa de rebote
  • Menciones de nuestra marca/empresa.

Mediante estos tres niveles, podremos analizar con mayor precisión el transcurso de nuestras campañas en Social Media y, lo que es más importante, aprender a «pasar el colador» de KPI’s para determinar cuales son de vital importancia y cuales nos ayudarán a detectar futuros mercados. Y recordad que es tan importante detectar cuales son los indicadores que hay que establecer para analizar el éxito de nuestras estrategias como saber desechar aquello que nos provoca «ruido».

Qué puede hacer una red social por tu asociación sin ánimo de lucro

El post que os presento desde Creando Comunidad viene a ser una segunda parte del anterior llamado Qué puede hacer una red social por tu empresa y que se centra, en esta ocasión, en las organizaciones sin ánimo de lucro. En esencia podríamos considerar que hay poca diferencia entre la una y la otra; lo que las separa son las ventas que en este caso se convierten en resultados y que pueden ser o no económicos ya que, por ejemplo, podemos intentar conseguir 10.000 euros para los «sin techo» o 400.000 firmas para evitar la tala de árboles. Echemos un vistazo a los departamentos o aspectos que podemos gestionar dentro de una organización sin ánimo de lucro mediante las redes sociales.

Atención al socio

atención al socioA diferencia del anterior post, aquí cambia «el enfoque» puesto que la interacción entre nuestra asociación y nuestros socios es tan o más importante que los clientes de una empresa ya que aquí estamos tratando, por así decirlo, con su compromiso, los cuales saben que no obtendrán  beneficios económicos de sus donaciones o de su tiempo y que, por lo tanto, hay que cuidar como si de un talismán se tratase. Una asociación sin ánimo de lucro debe, a toda costa, ahorrar en personal pues sus métodos de subsistencia son más irregulares que los de una empresa normal y, por lo tanto, una buena gestión de los canales de comunicación en redes sociales puede evitar un sobrecoste para nuestra entidad.

Recursos humanos

Recursos humanos para asociaciones sin ánimo de lucroLas asociaciones sin ánimo de lucro necesitan más que nadie el esfuerzo de sus socios que, aunque trabajan para ésta igual que los empleados de una empresa, no podemos olvidar que se trata de «voluntarios». Captar socios y unir esfuerzos es una tarea muy complicada y costosa a nivel económico que se puede reducir considerablemente utilizando los canales sociales de forma correcta. Del mismo modo, podemos detectar movimientos sospechosos y potencialmente peligrosos en la red por parte de nuestros colaboradores y corregirlos a tiempo antes de que nos creen una crisis en redes sociales que puede minar la credibilidad de nuestra organización.

Relaciones públicas

relaciones públicas en asociaciones sin ánimo de lucroÉste es quizás el punto que menos difiere del anterior post puesto que la comunicación con otras entidades y medios de comunicación es algo que es tan importante para una empresa que quiere aumentar sus ventas como para una asociación de defensa forestal. En este caso, pero, contamos con una ventaja y es que las campañas recaptatorias en asociaciones sin ánimos de lucro son mejor recibidas en las redes sociales que la publicidad de empresas normales y corrientes.

Fidelización

la fidelización en las asociaciones sin ánimo de lucroSi la razón de ser de una ONG es la de concienciar a sus socios y, por lo tanto, crear una ideología y una forma de entender el mundo permanente, la palabra fidelidad adquiere un significado relevante dentro de nuestros objetivos. La interacción constante y permanente con nuestros socios será lo que influirá en el nivel de implicación constante de nuestros asociados. Aunque no se trate de ningún departamento físico dentro de ninguna empresa u organización, es vital comprender el abasto y la importancia de gestionar correctamente esta premisa que debe figurar en mayúsculas en los estatutos de cualquier ONG.

Las redes sociales nos pueden ayudar, y mucho, a iniciar movimientos sociales, organizarlos de manera eficiente así como fomentar y dirigir la participación de nuestros socios.

Si te ha gustado este artículo te recomiendo profundizar en el tema con el libro El retorno de la inversión en Social Media de Olivier Blanchard.

Qué puede hacer una red social por tu empresa

Hoy, en Creando Comunidad quiero hablaros de las diferentes funciones que pueden desempeñar las redes sociales online dentro de una empresa o, mejor dicho, dentro de los diferentes departamentos de nuestra empresa. Para ello vamos a ver cuales son estos estratos dentro de una compañía y en qué aspecto concreto pueden mejorar gracias a un buen programa de Social Media. Atención al cliente, Relaciones Públicas, Recursos Humanos o Ventas pueden mejorar y gestionarse mejor utilizando un buen programa de Social Media.

Atención al cliente:

Redes sociales en el departamento de atención al clienteÉste es uno de los departamentos que mejor rendimiento puede sacarle a un buen programa que incluya las redes sociales dentro de él. Este departamento basa su programa diario en contactar con el consumidor y para ello es necesario establecer un buen canal que permita la fluidez y, sobre todo, el buen entendimiento entre ambas partes. Las redes sociales permiten un feedback inmediato y constante a diferencia de otros canales antiguos como el teléfono o el correo electrónico. El consumidor evita pasarse horas y horas al teléfono con lo que también lo agradece y aportará en un futuro mayor valor a nuestro personal. La mayor fluidez y la disminución del tiempo de resolución ayudará a la empresa a reducir costes o, como mínimo, a relativizarlos.

Relaciones públicas:

Relaciones públicas y redes socialesNuestra empresa va a necesitar una buena imagen y, para ello, es vital controlar lo que se dice de nosotros, quien lo dice y porque lo dice. Afortunadamente, las diversas plataformas existentes nos permiten rastrear los comentarios de nuestros seguidores y evitar a tiempo las crisis de reputación. Una gestión rápida y eficaz de éstas a través de las redes sociales puede apaciguar un fuego que podría propagarse en menos de lo que canta un gallo si no se trata a tiempo y que podría desgastar nuestra marca dentro del sector. Pero no sólo a superar crisis nos puede ayudar un buen programa de Social Media sino que además, este departamento las puede utilizar para mejorar su imagen de cara a sus clientes.

Recursos humanos:

Redes sociales y recruitmentCuando hablamos de redes sociales y empresa a todos nos viene en mente un nombre: Linkedin. Es sin duda alguna el fenómeno que está reformulando el concepto de recruiting o de la contratación de personal. Mediante un buen programa de Social Media podemos escudriñar la red para encontrar esa persona en concreto que necesitamos para determinado puesto dentro de la empresa. Nos permite analizar la trayectoria personal y laboral de nuestro futuro empleado y todo ello con el máximo de detalle y menor margen de error. Cada vez son más las empresas que optan para cazar talentos a través de la red.

Departamento de ventas:

Redes Sociales en el departamento de ventas¿Para qué queremos un programa de Social Media si no es para obtener beneficios? A través del alcance de las redes sociales y la influencia podemos rentabilizar nuestra estrategia y obtener beneficios de forma indirecta (recordad que las redes sociales, raramente generan un beneficio directo). Primero nos permite filtrar clientes a través del embudo de conversión, que primeramente genera conciencia de marca y después les guia a través del proceso hasta convertirlos en clientes.

También es posible hacer hincapié en un producto profundizando a través de otros medios que no sean los tradicionales (tv, radio, prensa…) creando , por ejemplo, contenido en blogs o videos en Youtube por mencionar algo. También (pero sin abusar) podemos utilizar las diferentes redes sociales para hacer ofertas especiales a nuestros seguidores como es el caso de una exitosa plataforma llamada Foursquare.

Atención al cliente, Relaciones Públicas, Recursos Humanos o Ventas pueden mejorar y gestionarse mejor utilizando un buen programa de Social Media.

Ya lo veis, un buen programa de Social Media no está reñido con la lucratividad. A menudo se confunden los términos y los conceptos que nos llevan a la falsa creencia de que «no se puede vender en las redes sociales». Lo que marcará la diferencia será como gestionemos ese programa para conseguir dichos beneficios.

La inutilidad de las redes sociales sin un buen producto que las respalde

Error en la estrategia en redes sociales

La experiencia, la observación y el hecho de sufrirlo en mis propias carnes me ha hecho reflexionar profundamente sobre la inutilidad de tener abiertas infinidad de páginas para una empresa en la red sin un buen producto que promocionar. Por eso, hoy en Creando Comunidad, y aprovechando mi post número 20, me gustaría hacer hincapié en priorizar «lo que queremos promocionar» por encima de «con que queremos promocionarlo».

Muchos (me incluyo en el paquete), tendimos a abrir perfiles en Facebook, en Twitter, etc. Y, sobre todo, a tener presencia en todas y cada una de las diferentes plataformas que existen por sistema y sin cuestionarnos previamente si realmente lo necesitamos o si la plataforma que escogemos para la promoción es la adecuada para tales fines.

Hay que priorizar «lo que queremos promocionar» por encima de «con que queremos promocionarlo»

Tiempo atrás había una máxima que decía: «Si no estás en la tele no existes» que ahora, gracias a los avances tecnológicos y a la nueva hegemonía de internet, se ha convertido en «Si no estás en la red no existes». Con ella muchos optan por lanzarse de cabeza a la piscina de las redes sociales con el único objetivo de crear presencia. Y yo me pregunto ¿Pero para promocionar qué? Hace falta algo más que Twitter o Google+ para triunfar en una estrategia en la red; hace falta un buen producto.

¿Si el producto es bueno se vende solo? Pues como decía Cantinflas -Ni muy muy, ni tan tan-, pero sí que es cierto que cuando un producto es de calidad y responde a las necesidades de los consumidores es mucho más fácil venderlo. Así que, lo primero que tenemos que preguntarnos cuando decidamos lanzarnos a promocionar nuestra empresa es si nuestro producto es suficientemente bueno para tomar esta decisión.

Mi caso particular:

En mi caso decidí abrir una página en Facebook para un proyecto musical. Pensé que a partir de entonces nos saldrían conciertos por todo el territorio porque lo primero era crear presencia y darlo a conocer y, una vez conseguido ésto el resto vendría solo. Los conciertos no eran para tirar cohetes ; el público no respondía como esperábamos y siempre nos quedábamos con un sabor agridulce después de las actuaciones.

En Facebook las cosas no eran mucho mejores; el engagement de nuestros seguidores era muy pobre y se limitaba a darle al «me gusta» (una tendencia que se extiende en esta red); además el número de «pulgares hacia arriba» tampoco pronosticaba nada bueno pues con cada publicación disminuía. En conjunto, la situación se convirtió en un pez que se mordía la cola; cuanto menor era el engagement, menor era el número de contrataciones y, como consecuencia, disponíamos de menos material para promocionar nuestro grupo en la red.

Con el paso del tiempo y la inexistencia de conciertos, la página quedó inactiva durante días (puede que en algún momento durante semanas); habíamos sacado el disco, el videoclip pero ya lo habíamos difundido hasta la saciedad y no nos quedaban recursos ni nada nuevo que contar. ¿Si no tengo conciertos como diablos voy a promocionar nuestra actividad? Esta pregunta me abordó de pronto y, después de analizar mi estrategia en la red una y otra vez llegué a la conclusión de que el problema no era la promoción sino el propio producto. Simplemente que nuestra música no tenía cabida ni gancho para el público. Simplemente, no gustaba.

Acepté que por muchas fotos que colgara, por muchas propuestas que lanzara o por mucho que contara, si nuestra música no gustaba nunca conseguiríamos nada; al contrario, estaríamos contando al mundo lo pésimo que es nuestro proyecto y lo que en principio tendría que ayudarnos a promocionarnos, se volvería en nuestra contra y serviría para empeorar nuestra ya de por sí pobre imagen.

El grupo tuvo una reunión interna para analizar y replantear el rumbo del proyecto. Discutimos sobre cuales eran los mejores y los peores momentos durante la actuación y localizamos los puntos fuertes del repertorio; aquellos que conseguían mover al público. Marcamos un nuevo rumbo musical y empezamos a trabajar el producto antes que la promoción del mismo.

Los resultados están por llegar pero la experiencia me ayudó a comprender que de nada sirve lanzarse a una red sin algo que respalde tu estrategia de marketing y que la calidad del producto que estemos vendiendo será lo que marcará el éxito o el fracaso de nuestra estrategia en redes sociales.

Community Manager o «el manitas del siglo XXI»

Sin ser ni considerarme un experto, y mucho menos un gurú de las redes sociales,  veo día a día como el mercado laboral está dejando atrás la primera etapa del Community Manager como experto en su campo. Cuesta encontrar una oferta de trabajo en la que se mencione esta figura que, con el paso del tiempo, se ha diluido hasta convertirse en el chapuzas de las redes. Puede que este personaje ya naciera predestinado a desaparecer o a desvanecerse para convertirse en un profesional fantasma que vaga por estos lares en busca de estabilidad e identidad propia.

A menudo, la figura del Community Manager se asocia a términos como el diseño de páginas web, el branding, el networking, el crowsourcing, el product management,  el SEO y, lo que es más sorprendente, aplicaciones para smartphone. Cada día cuesta más encontrar a uno de estos profesionales que se dedique exclusivamente a ésto. Recuerdo una frase que me causó un gran impacto cuando cursaba el posgrado y que decía, más o menos, que el Community Manager acabaría desapareciendo con el paso del tiempo o pasaría a formar parte del departamento de Marketing. A partir de entonces empecé a cuestionarme si estaba haciendo lo correcto, si el pastón que me dejé para sacarme el posgrado me llevaría a algún lado y si con ello encontraría trabajo ¿Porqué estudiar algo que ya de buenas a primeras está destinado a desaparecer? Ahora, aunque sólo ha pasado medio año desde que me convertí en Community Manager, todo ésto me parece ya muy lejano, cuando aún se hablaba del término wiki.

El Community Manager acabará desapareciendo con el paso del tiempo o pasará a formar parte del departamento de Marketing

Ya hablé de esta problemática en mi pasado artículo La devaluación del Community Manager cuando comenté que se tiene poco o escaso conocimiento de esta figura dentro del mercado laboral y que, como en todo en este mundo, cada vez es más fina la línea que separa lo que son sus competencias de lo que no. Paralelo a el van apareciendo nuevas figuras que, si bien parecen tener estatus propio, no dejan de ser otras abejas dentro del mismo panal como el Content Curator.

Existen cuatro factores clave (aún se le podrían añadir otros como el «presupuesto de la empresa) que desencadenan la falta de definición de este perfil de trabajador:

Velocidad y obsolescencia:

Cualquier persona que quiera dedicarse al mundo de la informática, sea a través de su vertiente como programador o como usuario debe tener en cuenta que es un mundo en constante cambio y que el reciclaje viene implícito con el cargo. Cada día son más las opciones que se permiten dentro de las diferentes plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, etc. Ello significa que, exponencialmente, es mayor el nivel de exigencia por parte de la empresa que le paga el sueldo  y que quiere que su community toque «más teclas».

Crisis económica:

No descubro ningún secreto de estado si digo que la crisis económica afecta al desarrollo de esta figura. El Community Manager nació con mala estrella porque, aunque ya se hablaba de este personaje antes de que Lehman Brothers se viniera abajo, si que es cierto que ha sido, a partir de la pérdida masiva de puestos de trabajo, que las llamadas «nuevas profesiones» han experimentado un crecimiento de demandantes para estos puestos. No sólo eso sino que los recortes dentro de las propias empresas han obligado a este trabajador a asumir cada vez más tareas (conservando el mismo sueldo, claro está) pisando terrenos que no se contemplaban en un principio y siendo obligado a invadir parcelas de otros especialistas que, por más inri, no se han tomado nada bien esa intromisión como pueden ser los especialistas en SEO.

Revolución digital y telefónica:

Eso sí ha influido, y mucho, sobre la imagen del Community manager. Sólo hay que ver el número de artículos en foros sobre redes sociales que hablan de telefonía y de las famosas aplicaciones o app‘s. Con ellos, se hace patente la premisa si no haces social tu aplicación no sirve de nada. Con lo que nosotros (y me incluyo dentro del sector) cada vez más tenemos que relacionarnos con dichas aplicaciones, además de conocerlas en profundidad. Si bien, es cierto que el teléfono sólo es la plataforma y, por lo tanto, no cambia nada, aunque sí que se puede comprobar que cuando en Infojobs buscas  por Community Manager te salen cada vez más ofertas en empresas de telefonía móvil.

Desconocimiento y competitividad:

El problema que tenemos nosotros, como profesionales, es la falta de pedagogía y el hermetismo a la hora de contarle al mundo quienes somos y cual es nuestro trabajo de cara al público. Éso sólo ha facilitado que se nos confunda con publicistas o informáticos, cosa que ni unos ni otros aceptan. Por otro lado, y a riesgo de meterme a muchos compañeros en mi contra, los especialistas en Marketing no aceptan fácilmente que alguien que no ha sido publicista o no haya tenido contacto con este mundo se meta de lleno a hablar con «sus» clientes. Algunos incluso nos ven más como una amenaza para su puesto de trabajo que como un aliado en sus tareas diarias.

En fin community’s, que lo tenemos complicado se mire por donde se mire. ¿Se tratarà del inicio del fin del que hablaban mis apuntes?